viernes, 9 de enero de 2009

El verdadero propósito de la inmigración (III)

3 - EL MESTIZAJE BIOLÓGICO.

Una vez que todos tengamos la misma “cultura” (o subcultura, mejor dicho), una vez que todos pensemos igual, comamos lo mismo, vistamos y hablemos igual... una vez que hayamos perdido nuestra Cultura, nuestra lengua y nuestras tradiciones... Una vez que hayamos desaparecido culturalmente, el Sistema tendrá el camino libre para hacernos desaparecer físicamente, es decir, biológicamente, mediante el mestizaje racial.

Hombres de culturas diferentes resultan (y son) muy diferentes entre sí. Si a todos esos hombres les imponemos la misma cultura prefabricada, el mismo idioma y las mismas costumbres, ya no resultarán tan diferentes entre sí.

Un hombre árabe vestido con una camiseta de la NBA y comiendo una hamburguesa en un Mc Donald’s ya no nos parece tan “lejano” como si llevara una túnica y comiera “cous-cous”.

Él se ha traicionado a sí mismo adoptando unas costumbres “yanquis”, pero nosotros también lo hacemos si llevamos esa camiseta y vamos a comer al Mc Donald’s.

Renunciando el árabe a su cultura y nosotros a la nuestra, ninguno de los dos hemos salido ganando aunque ahora seamos más “parecidos”; los únicos que han salido ganando son los que gobiernan el mundo ya que nos han adiestrado y nos han impuesto una “cultura” ajena.

Cuando los hombres se ven entre sí menos diferentes porque comparten una misma cultura extraña a ambos (como la cultura “moderna”), estos se encuentran a un paso de la disolución final de los pueblos que habitan el planeta: el mestizaje racial.

Si nos encontramos con alguien que “sólo” se diferencia de nosotros por ser de otra raza, pero que es en todo lo demás idéntico a nosotros (idioma, hábitos, forma de vestir) no vemos más allá, y esto es un error, porque la raza es determinante.

Un individuo puede cambiar su cultura, sus costumbres, su forma de vestir, sus hábitos alimentarios, etc. por un determinado espacio de tiempo, pero todavía puede volver a sus antiguas costumbres si lo desea.

Si un individuo cae por un breve periodo de tiempo en el mestizaje cultural, puede volver atrás. Si un individuo cae en el mestizaje biológico, no es posible la marcha atrás.

Una vez mezcladas sangres diferentes, no se pueden separar, como sucede con el agua salada del ejemplo anterior.

Si un individuo de raza negra procrea con uno de raza blanca, sus hijos no poseerán ni las cualidades de la raza negra ni las de la raza blanca. No poseerán ni las aptitudes para el atletismo de la raza negra ni las aptitudes para la invención de la raza blanca.

Únicamente se obtendrán seres mestizos, ni blancos ni negros, que al no ser ni lo uno ni lo otro, padecerán conflictos de identidad (con los trastornos psicológicos que ello conlleva). Esos mestizos no sabrán lo que son ni de dónde son, si de aquí o de allá, porque serán una mezcla indeterminada sin identidad, sin raíces y sin carácter.

Una vez la raza blanca haya caído en el mestizaje, no será posible recuperar su capacidad para inventar y descubrir, ni tampoco su belleza o su genio artístico. Una vez hayamos desaparecido como raza, no existiremos aunque nuestros genes se hayan transmitido a generaciones posteriores, y esto es así, porque una vez producido el mestizaje biológico no hay marcha atrás posible.

A los que dirigen el mundo les interesa contar con una masa de “hombres iguales”: de misma “raza” (mestiza), de misma religión (o falsa religión), de mismo idioma, mismos hábitos, que vayan todos a la misma moda, etc.

Con “hombres iguales” no será necesario que los que mandan se esfuercen por conocer la psicología de cada individuo, puesto que bastará conocer a uno solo para conocerlos a todos. Bastará con que lancen un hueso para que todos corramos a por él con la misma estupidez.

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