El Sistema insiste continuamente con la misma canción: “Todos somos iguales”.
Eso es cierto porque quién más quién menos tiene dos ojos, dos brazos, dos piernas, etc...pero hasta ahí.
Hay buenas y malas personas, guapos y feos, astutos y estúpidos, inteligentes y tontos, pacíficos y violentos, personas honradas y estafadores, etc.
Con las razas humanas y los pueblos sucede lo mismo, son todos diferentes. Si alguien insiste en que todas las razas son iguales es porque ese es su deseo, no porque sea un hecho.
Cada raza y cada pueblo tiene cualidades, costumbres, tradiciones, leyes y caracteres diferentes. Eso lo ve hasta un CIEGO.
Cada raza y cada pueblo dispone de su espacio natural, en el cual VIVE y DEBE VIVIR. Colocar diferentes pueblos y razas mezclados bajo un mismo techo y obligarlos a convivir bajo su voluntad, es anti-natural.
Esa convivencia fraternal que nos intentan vender todos los progresistas y todos los “modernos” de poca monta es algo inalcanzable.
La “convivencia” de personas con diferentes costumbres, caracteres y formas de vida en un mismo territorio acaba por producir conflictos en los que todos salen perdiendo.
Todos podemos comprobar a día de hoy como cierto pueblo que “convive” con nosotros desde hace siglos no se ha integrado en nuestra sociedad ni se integrará nunca, porque somos dos pueblos diferentes con formas de vivir distintas.
Todos sabemos que ese pueblo que vive junto a nosotros pero “separado” sólo ocasiona conflictos y perturba nuestra paz social. Todos sabemos que no pueden vivir aquí, porque su estilo de vida es diferente al nuestro, pero no nos atrevemos a decirlo bien alto por miedo a que nos llamen “racistas”.
Si ser “racista” es evitar conflictos innecesarios entre pueblos por querer obligarlos a convivir cuando ello es imposible, pues sí, entonces somos racistas.
Si ser racista es admitir que las razas y pueblos que habitan el planeta son diferentes, y que la única manera posible de que vivan en paz y conserven sus tradiciones y sus cualidades es que vivan separados y cada uno en su territorio: sí, somos racistas.
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